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Los autores muestran a lo largo de este libro cómo se puede enseñar ciencias naturales en el primer ciclo de la escolaridad básica a partir de problemas, sin la necesidad de disponer de un equipamiento sofisticado.
En los primeros capítulos se detienen a reflexionar acerca de la concepción de la ciencia imperante en la escuela y presentan modelos alternativos.
Rescatan el rol del maestro en tanto pueda generar en los niños la reflexión acerca de hechos de la vida cotidiana, con los cuales los niños conviven y acerca de los cuales hay mucho para indagar.
Las autoras ofrecen ideas para trabajar diversos contenidos de la biología, brindando orientaciones precisas al docente, quien podrá adecuarlas a las características de su grupo de alumnos.
Capítulo I.
Investigar en el aula de primer ciclo
Capítulo II.
Acerca de la ciencia y el método científico
Capítulo III.
La cubierta de nuestro cuerpo: la piel
Capítulo IV.
Cubierta de semillas y frutos
Capítulo V.
Esos organismos fotosintéticos: se reproducen, crecen, se desarrollan
Capítulo VI.
Los animales
Capítulo VII.
Las aves
Capítulo VIII.
Los recursos didácticos
Las situaciones didácticas no se pueden manejar sólo con el conocimiento disponible sobre el desarrollo cognitivo de los alumnos. Es fundamental tomar en cuenta aquellos mecanismos de conocimiento en la situación especial que supone el aula. Es en este lugar donde mejor se refleja el pensamiento del docente y de sus alumnos; tanto en relación con la concepción de enseñanza y aprendizaje que por allí circula, como de las nociones de ciencia y de los contenidos del área que se abordan.
Para decirlo de otra manera, es en el aula donde se ponen en juego las ideas previas de los alumnos, las ideas de los docentes en el intercambio constante que allí se determina, con el saber enseñar y el aprendizaje real del niño.
En el momento de planificar, cada docente cuenta con un currículo prescrito, libros de texto editados en función de ese currículo y el año al que se dirige, su práctica docente y el conocimiento del grupo de alumnos que tiene.
Si partimos del supuesto de que siempre se enseña en forma totalmente relacionada con lo que se piensa, seguramente convendremos que es fundamental analizar la práctica docente. Todos los docentes nos encontramos en la situación de trabajo con una mochila propia, en ella llevamos nuestras creencias, experiencias (tanto profesionales como vitales) y todos los conocimientos que tenemos del área a trabajar en esa clase específica. Es por ello que en el presente libro hemos incluido, en cada uno de los ejemplos desarrollados en los capítulos, información sobre el contenido a trabajar.
¿Qué tuvimos en cuenta para hacerlo?
Fundamentalmente, la formación recibida por todos los docentes a lo largo de sus años de estudio sobre el área de ciencias naturales.
Aunque nos cueste reconocerlo, es tal vez el área mas relegada a esos días en que se tiene algo de tiempo para trabajar con los alumnos. Muchas veces, en esta decisión se juega una mezcla de inseguridad sobre el conocimiento de los contenidos con la falta de manejo de los instrumentos de laboratorio, si es que en la institución en la que se trabaja lo hay. Tampoco desconocemos que otros argumentos no explícitos, que están en juego en el momento de decidir los tiempos asignados a cada una de las áreas, tienen relación con la experiencia como alumno en la historia personal de cada docente.
Desde las páginas de un libro es imposible participar de esta situación, sólo podemos desarrollar algunos modelos y sus posibles modificaciones.
Consideramos que la didáctica ha evolucionado y en este momento, más que ofrecer recetas y prescripciones, hoy se la considera como una forma de reflexión sobre la propia práctica. Todos los ejemplos que aquí detallaremos son sólo un aporte a la discusión.
Mónica Susana Grinschpun
Marina Gómez Ríos
Título: Construir un lugar para las ciencias naturales en el primer ciclo