La literatura en la escuela primaria es un libro que habla de encuentros y desencuentros. El encuentro entre la literatura y la escuela; el encuentro entre el niño y el libro; el encuentro entre el placer, la sorpresa, la construcción y la experiencia estética en el aula; pero también habla de los desencuentros que a veces se producen y de sus causas. Porque los docentes hemos visto con frecuencia cómo un niño disfruta de la literatura cuando tiene en sus manos un libro bellamente ilustrado, cuando canta una canción con una letra profundamente poética, cuando escucha un cuento bien narrado; pero también hemos visto y experimentado que a veces es difícil cultivar ese gusto por la lectura en el aula, crear condiciones didácticas para que la literatura se respire en la escuela. ¿Qué es lo que hace que ese encuentro se produzca? ¿Cuál es el contexto que puede favorecerlo? La vida descalzo es un texto en el que Alan Pauls, con un registro autobiográfico, recrea las vacaciones veraniegas de su infancia en las playas de Villa Gesell. El último capítulo, sin embargo, se aleja de la primera persona, de la arena y del sol: el protagonista está enfermo y debe permanecer en la cama, en la oscuridad de su dormitorio: “Con las pocas fuerzas que tiene baja la persiana hasta que el cuarto queda casi a oscuras. Se mete en la cama: el fresco de las sábanas recién cambiadas le da escalofríos. Mira sus modestos lujos de enfermo: el vaso con jugo en la mesa de luz, el velador prendido, el libro que, distraído por las tentaciones del veraneo, ha venido postergando una y otra vez… Piensa en todos los juegos que no jugará, todas las olas que no barrenará…, y mientras arrima el vaso de jugo y se acomoda en la cama y abre el libro, se da cuenta casi con escándalo que no está triste, que la oscuridad le gusta, que las tenues rayas luminosas del día que se filtran por la persiana son más bellas que el día… y que el libro que acaba de abrir y ya cierra su trampa sobre él, una trampa que nunca más volverá a abrirse, es, como lo demostrarán las cuatro horas ininterrumpidas que pasará con él, en él… el otro lugar que tiene la forma de la felicidad perfecta…” (2006: 124-125). Esta inmersión placentera en el libro, que se da en la intimidad del propio cuarto, o en un lugar privilegiado del jardín, o en un ático… es una escena de lectura que se repite en muchos recuerdos de infancia: el niño “atrapado” por el libro, en una trampa gozosa de la que disfruta y de la cual no quiere o no puede salir. Sin embargo, frente a este espacio de feliz encuentro con la literatura, hay voces que nos hablan de tedio y rechazo frente a las lecturas impuestas y dirigidas en el ámbito escolar: ¿cómo reencontrarnos en el aula con esa experiencia dichosa, movilizadora, atrapante, cuestionadora que puede ser la literatura? ¿Cómo preservar ese momento especial y casi mágico que vive el lector apasionado cuando abre un libro y se sumerge en él? La literatura en la escuela primaria intenta precisamente partir de estas preguntas que con frecuencia los docentes nos planteamos para buscar respuestas y caminos. De ahí el título: pretendemos repensar el lugar de la literatura en la escuela y trascender esa pulsión por la actividad y “las tareas” con las que muchas veces se dilata o se obstaculiza la experiencia estética con el lenguaje. Desde nuestra experiencia como lectoras y como docentes, desde los aportes que distintos especialistas nos brindan, desde los cuestionamientos y las respuestas que nos ofrece cotidianamente la vida en las aulas, diseñamos un recorrido por tres géneros literarios que consideramos fundamentales para plantear estrategias, sugerencias de lecturas, preguntas y propuestas. El primer capítulo introduce el marco teórico en el cual nos posicionamos y el lugar que creemos que debe tener la lectura literaria y la construcción de sentidos en el aula. Luego, cada uno de los capítulos siguientes, referidos a la poesía, la novela y el cuento respectivamente, se dividen en tres apartados: el primero, destinado a la presentación del género y sus peculiaridades a la hora de incorporarlo en una propuesta educativa; el segundo, en el que se analizan las prácticas escolares más frecuentes en cada caso; y el tercero, en el cual se presentan propuestas y sugerencias de lectura y escritura. En el entramado de cada capítulo, con el fin de agilizar la lectura y brindar ejemplos, hemos incorporado “Escenas de lectura”, como la que aquí citamos del libro de Alan Pauls, tomadas de la literatura y de distintos registros que dan cuenta de recuerdos, encuentros privados o domésticos con los libros, reflexiones personales sobre los efectos que las lecturas han despertado en sus lectores, etc.; también incluimos “Narrativas de clase” en las cuales se presentan situaciones didácticas que se han registrado en ámbitos escolares, lo que da pie al análisis de las intervenciones docentes. A su vez, dado que la idea de este libro es brindar y compartir propuestas, cada capítulo incluye “Experiencias en el aula”, donde se comentan proyectos escolares, talleres y algunas actividades posibles. En este sentido, otorgamos un lugar destacado a las situaciones de escritura. Por eso, en cada capítulo incluimos apartados titulados “Escribir la lectura”, donde se detallan ideas para abordar tanto la escritura creativa como sugerencias tendientes a registrar lo leído, archivar, comparar, analizar, etcétera. En este marco, cada capítulo presenta también “Itinerarios de lectura”, que detallan posibles recorridos temáticos, autorales, genéricos, etcétera. Aquí, los libros se enumeran siguiendo distintos criterios: en algunos casos incluimos una breve descripción de cada texto; en otros, cuando lo fundamental es tomar contacto con el estilo y el lenguaje de la obra, elegimos citar un fragmento; a veces, cuando el libro no es muy conocido o cuando es imprescindible conocer su argumento para poder seguir la propuesta, incorporamos la “reseña” correspondiente; finalmente, cuando se trata de clásicos o títulos muy difundidos, nos limitamos a citarlo. Cada lector, lo sabemos, construirá su propio recorrido. Deseamos que estos mojones hagan que el libro sea transitable, que muestre caminos y se abra también a bifurcaciones. Queremos que el libro sea una invitación a imaginar nuevos encuentros con la literatura en la escuela. Esperamos que cada lectura invite a su vez a releer la propia práctica y promueva nuevas construcciones, nuevos viajes por ese territorio siempre convocante e inasible que es el lenguaje.