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¿Cómo acercar a los niños pequeños a la idea de que las sociedades pasadas resolvían su cotidianidad de otra manera? ¿Cómo romper estereotipos instalados desde las representaciones culturales a través de las efemérides y actos patrios en el jardín de infantes?

Encontrá más en el libro "Experiencias y proyectos didáctivos en nuevos escenarios".

 

Al respecto los diseños curriculares, tanto de la Ciudad de Buenos Aires como de la provincia de Buenos Aires, proponen ejes que los docentes deben tener en cuenta: en primer lugar, iniciar a los niños en el conocimiento de los hechos que se recuerdan y, en segundo lugar, relacionar estos hechos con la vida cotidiana y los distintos actores sociales que los protagonizaron, incluyendo también a aquellos sujetos que tradicionalmente han sido invisibilizados.

Por este motivo trabajamos con los futuros docentes el abordaje de la vida cotidiana como contenido de enseñanza y también como estrategia para iniciar la enseñanza de conceptos en relación con las Ciencias Sociales en la Educación Inicial. En el caso de la formación docente hemos trabajado el contenido en sí mismo desde lo historiográfico y también el modo de trasponerlo a los niños pequeños.

Nuestro trabajo se fundamenta en el enfoque de la historia social, historia de la vida de los de abajo, corriente historiográfica que rompe con la historia positivista presente aún en las aulas.

La vida cotidiana constituye entonces una puerta de entrada o vía de acceso a un pasado lejano, remoto. Permite acercar a los niños a contextos, actores sociales, situaciones complejas donde se interrelacionan la diversidad, la desigualdad y los conflictos sociales. Este acercamiento a lo cotidiano permite además comprender cambios y continuidades del proceso histórico. Vemos entonces cómo esta modalidad de trabajo posibilita la articulación con las ideas organizadoras que los documentos curriculares vigentes plantean tanto para el diseño como para la puesta en marcha de propuestas de enseñanza.
 

Cómo superar los estereotipos...

Habitualmente desde una perspectiva tradicional en la enseñanza de las Ciencias Sociales se trabajaba lo cotidiano en la “época colonial” a través de imágenes y situaciones estereotipadas y simplificadas. Estas imágenes atravesaron la trayectoria escolar de nuestros estudiantes, por lo que en nuestro espacio curricular revisamos las imágenes y representaciones que traen producto de su biografía escolar.

En relación con los estereotipos, siguiendo a Robyn Quin (1996), nos parece importante señalar que son representaciones repetidas frecuentemente, que convierten algo complejo en algo simple, es por lo tanto un proceso reduccionista que causa distorsión, donde se pone énfasis en algunos aspectos mientras se ignoran otros. Implica una simplificación y una generalización.

Nuestra propuesta busca superar dichos estereotipos trabajando con fuentes históricas para indagar la vida cotidiana de la época en la que transcurren la mayoría de las efemérides.

Ponemos énfasis en las fuentes iconográficas, seleccionando aquellas imágenes de época que evidencian las relaciones y la complejidad de la vida social tanto urbana como rural en el Río de la Plata. La observación de pinturas, grabados y otras reproducciones de época aportan una visión muy interesante de los distintos actores sociales interactuando en el espacio urbano y rural de Buenos Aires. Tal es el caso de las acuarelas de Emeric Essex Vidal1, las litografías de César Hipólito Bacle (1828-1838), y otras obras pictóricas de artistas tales como Fernando Brambila (1794), Carlos Enrique Pellegrini (1829-41), Juan León Pallière (1858-1864), Carlos Morel (1840-1845), Johann Moritz Rugendas (1845), Prilidiano Pueyrredón (1860-1865), Leonie Matthis (1930), entre otros.

Como ejemplo de lo antedicho, vemos que en las imágenes tradicionales que por años se usaron en la escuela, la venta ambulante ocupaba el primer lugar, de ello se desprendía que toda la vida de la ciudad giraba en torno a los “vendedores” de velas, agua, etc. que circulaban ofreciendo sus productos con típicos “pregones”.

Como contrapartida analizamos con los estudiantes las acuarelas de Emeric Essex Vidal que muestran un espacio de compra y venta como es el mercado de Buenos Aires, sito en la Plaza de la Victoria en el corazón de la ciudad. Allí aparecen los sectores populares: negros, mestizos, indios, ofreciendo variados productos, por lo que podemos observar que no solo existió venta ambulante, sino también un importante espacio comercial en el centro de la ciudad.

Por otro lado, la indagación en las fuentes iconográficas permite acercar a los estudiantes al reconocimiento de otros actores sociales tradicionalmente no visibilizados en la historia escolar o mostrados de manera ingenua o banalizada: “los negritos y negritas”, hombres, mujeres y niños. Para este trabajo las imágenes de César Hipólito Bacle nos muestran espacios públicos y privados donde aparecen distintos grupos sociales.

 

Otras fuentes para seguir indagando

También para acercar a los estudiantes a la complejidad de la vida social trabajamos con otras fuentes que brindan información para los docentes, y que pueden asimismo constituirse en recursos para trabajar con los niños con la correspondiente adecuación.

1. Relatos de viajeros de la época. Algunos fragmentos de estos pueden ser adaptados para leer con los niños. El texto de José Antonio Wilde (2006)3 comenta anécdotas deliciosas sobre la vida en Buenos Aires. José Luis Busaniche (1986), en una obra clásica nos ofrece varios relatos de viajeros que nos permiten reconstruir las formas de viajar, costumbres urbanas y rurales, así como también aspectos de la vida personal de los protagonistas de la época en la que transcurren las principales efemérides.

2. Textos informativos. Los utilizamos para que los futuros docentes obtengan información para planificar los recortes y también para que puedan seleccionar pequeños fragmentos para leer a los niños. Uno de los materiales que se trabajó de forma exhaustiva fue La pequeña aldea (Prestigiacomo y Ucello, 1999), que aporta valiosa información para recrear la vida de Buenos Aires a fines de la época colonial y primeras décadas de la vida revolucionaria. A esta obra le sumamos otras, como es el texto de Andrés Carretero sobre la vida cotidiana en Buenos Aires (2000), y también los trabajos de Fernando Devoto (Devoto y Madero, 1999) y Ricardo Cicerchia (1998).

3. Fotografías actuales o de distintas épocas. Permiten establecer comparaciones entre diferentes momentos de espacios tales como el Río de la Plata, la Plaza de Mayo, en relación con los usos que en otra época hacían las personas y los cambios y permanencias que se pueden detectar.

4. Fragmentos de películas y/o documentales de distintas épocas. Trabajamos con pequeños fragmentos de películas como Camila (María Luisa Bemberg, 1984), Revolución (Ipiña, 2010), Belgrano, la película (Pivotto, 2010).

5. Museos históricos. Realizamos visitas con el fin de observar objetos de época, y poder pensar junto a los estudiantes cómo organizar el paseo con los niños. Por ejemplo, es recomendable que los niños puedan observar esos objetos en escenas completas, tal como se presenta la sala denominada Salón Porteño del Museo Saavedra, donde se muestra cómo se organizaban el espacio y los enseres de las viviendas de la elite para realizar las tertulias, o los elementos relacionados con San Martín y el cruce de los Andes exhibidos en el Museo Histórico Nacional. Coincidimos con Silvia Tabakman (2011) cuando manifiesta que una salida al museo brinda las posibilidades de poner en contacto a los niños con objetos culturales utilizados por las distintas sociedades del pasado que representan modos de vida diferentes y otra interpretación del mundo, por lo que sugerimos a los estudiantes realizar un relevamiento de museos posibles para trabajar con los niños.

 

El uso de las fuentes en las salas de jardín

Las fuentes históricas arriba mencionadas pueden constituirse en valiosos recursos para trabajar con los niños. Algunos de ellos fueron elaborados y llevados a la práctica en el marco del trabajo de la cátedra.

  • Lectura de imágenes. Como actividad de búsqueda de información el trabajo con imágenes puede guiarse con preguntas que orienten la observación, permitan comparar e interpretar. La observación puede realizarse con el grupo total o en pequeños grupos utilizando capturadores o visores que ayudan a focalizar la mirada.
  • Relatos ficcionales acompañados por imágenes. Estos relatos con personajes ficcionales pueden ser editados o construidos por el docente. Algunos relatos ficcionales ya publicados, tales como los cuentos de la tía Clementina (Zelmanovich, 1994), escritos hace ya unos años, pero muy valiosos por ser rápidamente comprendidos por los niños. Estos relatos construidos sobre una rigurosa base histórica han sido pensados para niños de diez o doce años, pero bien pueden utilizarse en el Nivel Inicial con la correspondiente adaptación. También Diana González y Analía Segal han publicado dos relatos ficcionales interesantes para trabajar la cotidianidad en tiempos de la Revolución de Mayo y en los tiempos de Belgrano, ellos son ¿Adónde va Jacinto Congo? (2010) y ¿Adónde va María Remedios? (2012). Muchos docentes han creado relatos ficcionales sencillos para trabajar con sus niños, a partir de explorar fuentes primarias y secundarias.
  • Juego con escenarios. Siguiendo la propuesta de Sarlé y Rodríguez Sáenz (2008), estos escenarios y sus correspondientes personajes pueden construirse a partir de las fuentes iconográficas mencionadas. Este juego dramático a pequeña escala permite a los niños interpretar roles y recrear escenas de la vida cotidiana del pasado.

Por último, nos parece relevante mencionar la importancia de que los futuros docentes inicien de modo cooperativo un trabajo de recopilación de fuentes diversas que permitirá en el futuro la elaboración de interesantes recursos y propuestas a partir de la información obtenida y la creatividad desplegada.

 

Fuente: Experiencias y proyectos didácticos en nuevos escenarios
Concepciones y prácticas educativas en el Nivel Inicial y en la Formación Docente. (Extraído del Capítulo 13)
Escriben: Elsa Godoy y Laura Vasta