¡Bienvenidos al mundo del arte, del diseño y la comunicación en el jardín de infantes! Todos los niños dibujan, pintan, escriben, imaginan, actúan, recitan, cantan, esculpen y crean sin ningún tipo de pudor. No existe persona menor de cinco años que diga que no puede hacer algo o dibujar tal cosa. Destacar esta particularidad de la infancia, que luego vamos censurando en la adultez, es uno de los objetivos de este proyecto que busca que los chicos descubran el mundo del arte, diseño y comunicación, y que los adultos lo redescubran junto con ellos. Las propuestas de este libro están dirigidas a niños y niñas de jardín de infantes; aunque algunas actividades podrían adecuarse a una sala de 2 años, los proyectos están centrados en las salas de 3, 4 y 5. El libro puede leerse capítulo a capítulo, o en el orden que los lectores deseen. Las presentaciones tienen un orden cronológico que puede respetarse para trabajar… o no, ya que las propuestas se mezclan, se interrelacionan, funcionan sinérgicamente unas con otras. El proyecto está pensado para abordarse de manera institucional durante todo un ciclo lectivo. Es decir, las salas de 3 tomarían algunos capítulos y las salas de 4 y 5, los restantes. También, lo puede implementar el jardín durante un mes dedicado al arte, por ejemplo, o lo puede desarrollar un maestro con su grupo, sin relación con las demás salas. Estas ideas se podrán planificar como “proyecto” anual, institucional o mensual o en forma de “secuencia”, tomando menos actividades que para los proyectos, siempre y cuando se respete la complejidad creciente de las actividades. Muchas de las sugerencias podrán finalizar con una muestra de arte o diseño, con la entrega de un diario o con un CD con un programa de radio. Pero también, al trabajarlas como secuencia, serán parte de las actividades del jardín o de los trabajos de la carpeta. Las actividades están pensadas para que puedan desarrollarse en jardines con diversas realidades sociales, ambientales y económicas; cada docente podrá adecuar su elección al contexto en el que se desempeñe. Se incluyen sugerencias de los elementos y materiales alternativos para llevar a cabo las actividades, siempre sosteniendo que cuentan más la voluntad y las energías de los docentes que los recursos económicos de los que disponga la institución. Algunas escuelas cuentan con mucho espacio físico, otras son muy pequeñas. Hay salas con computadoras con acceso a internet e impresoras y otras que apenas tienen agua. En algunos casos se cuenta con la ayuda de docentes auxiliares o preceptoras; hay escuelas que dan mucha participación a las familias y otras que no. Se han tenido en cuenta estas variables a la hora de realizar las propuestas, siempre considerando fundamental tener en cuenta los gustos o preferencias de los grupos de chicos y de las personas que trabajarán el tema. Muchas veces, la pasión por lo que enseñamos contagia a nuestros alumnos a sentirse parte de las actividades y disfrutarlas plenamente. La mayoría de los capítulos cuenta con obras de arte de los momentos artísticos o de los artistas plásticos presentados y con fotos de los trabajos realizados por alumnos de jardín. Además, en el desarrollo del libro, se sugieren links para acceder a obras de arte y se presenta un glosario con definiciones técnicas ampliadas. También, los lectores podrán consultar el tema con la bibliografía, más allá del Diseño Curricular vigente. Invitamos a recorrer este texto de manera crítica y a vivenciarlo junto con los alumnos. No se trata de ideas absolutas o cerradas. La mayoría de los proyectos fueron desarrollados en las salas de los jardines del Colegio San Carlos Borromeo de Haedo, en el Colegio Don Bosco de Ramos Mejía y en el Jardín N° 920 de Morón, localidades de la provincia de Buenos Aires. Para comenzar a recorrer este libro, compartimos con ustedes el siguiente fragmento: Diego no conocía la mar. El padre, Santiago Kovadlof, lo llevó a descubrirla. Viajaron al sur. Ella, la mar, estaba más allá de los altos médanos, esperando. Cuando el niño y su padre pudieron alcanzar, por fin, aquellas cumbres de arena, después de mucho caminar, la mar estalló ante sus ojos. Y fue tanta la inmensidad de la mar, tanto su fulgor, que el niño quedó mudo de hermosura. Y cuando por fin consiguió hablar, temblando, tartamudeando, pidió a su padre: ¡Ayúdame a mirar! Eduardo Galeano. “La función del arte/1”, El libro de los abrazos. Nota: Por razones de economía expresiva, en el texto nos referiremos a los colectivos mixtos a través del género gramatical masculino, sin intención discriminatoria alguna.