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Hay una necesidad de formación en docentes, trabajadores sociales, líderes institucionales y en gran cantidad de operadores vinculados al trabajo con la infancia y la juventud, acerca del manejo de las técnicas relacionadas con el trabajo grupal y comunitario. Muchos adultos no logran resolver eficazmente las tensiones que surgen cuando los niños se agrupan en un aula, los púberes en un club, los jóvenes campesinos en un emprendimiento; o las que pueden producirse durante una reunión comunitaria para iniciar un proyecto barrial o en un encuentro de adolescentes usuarios de sustancias que buscan rehabilitarse.
En este volumen se plantean diversos temas actuales y los pormenores que surgen al trabajar en la escena grupal con padres, niños y jóvenes: la construcción social de la sexualidad; los riesgos de una autonomía anticipada; las consecuencias que tiene no diferenciar el uso del abuso y el consumo adictivo de sustancias tóxicas legales e ilegales y de bienes y servicios de diversa índole. También se analizan los debates que han ido surgiendo sobre la intensa utilización de las TIC.
METAS, RECURSOS Y PROPUESTAS:
Crear grupos de trabajo.
Aplicar herramientas eficaces de intervención.
Crear escenarios para desplegar y resolver los conflictos.
Formar moral e intelectualmente en los valores de la solidaridad, la cooperación, la participación y la pertenencia comunitaria y el respeto por los derechos humanos.
Presentación
Objetivos generales y específicos del proyecto de escritura
Primera Parte:
Los grupos y las organizaciones sociales
Capítulo 1.
La conducta de niños y jóvenes como estigma de una sociedad
Capítulo 2.
La conducta de niños y jóvenes en la posmodernidad
Capítulo 3.
El grupo como envoltura imaginaria para niños y jóvenes
Capítulo 4.
Por qué fallan los trabajos en grupo
Capítulo 5.
Estructura y dinámica del grupo de niños y jóvenes
Capítulo 6.
Los tiempos del grupo: imposibilidad no es lo mismo que impotencia
Segunda Parte:
La familia y las organizaciones sociales
Capítulo 7.
Docentes, padres y alumnos en conflicto
Capítulo 8.
Acerca de la familia y de sus transformaciones
Capítulo 9.
Representaciones subjetivas de los niños en las organizaciones sociales
Capítulo 10.
Problemas de conducta. Los límites y los riesgos de la autonomía anticipada
Tercera Parte:
Temas conflictivos en las organizaciones sociales
Capítulo 11.
Reunión de padres
Capítulo 12.
La educación sexual en la escuela y en la familia
Capítulo 13.
Conectados, pero incomunicados
Capítulo 14.
Usos eventuales, consumos asiduos y usos problemáticos de sustancias
Capítulo 15.
Permanencia e inclusión escolar a cualquier costo
Capítulo 16.
Conducción estratégica y acción tutorial
Módulos anexos
Protocolo para diseñar perfiles de identidad grupal
Dinámica para trabajar las nociones de autoridad, disciplina y convivencia
El texto que se presenta, responde a una demanda generalizada en el trabajo social, educativo y preventivo: ¿se puede transformar un agrupamiento de niños y jóvenes, con las diversas presentaciones que proponen la educación formal y no formal y la animación socio-cultural, en un grupo de trabajo? ¿Cómo hacer de la grupalidad una herramienta eficaz de intervención en el trabajo con niños y jóvenes? ¿Cómo hacer del grupo una máquina para trabajar en comunidad? ¿Cómo sostener la grupalidad para que niños y jóvenes puedan contar con un escenario propicio para desplegar sus conflictos? ¿Cómo formarlos moral e intelectualmente, desde muy pequeños, en los valores ideológicos que sostienen la solidaridad, la cooperación, la participación comunitaria y el respeto por los derechos humanos? ¿Cómo lograr que desarrollen un sentimiento de pertenencia comunitaria local para afianzar su permanencia y fomentar una vida productiva para ellos y su descendencia?
Corresponde aclarar que esta demanda, de parte de quienes deben ocuparse de este asunto, no fue ni es tan explícita como aquí se plantea. Más bien se advierte una cierta carencia de esta demanda; hay que develarla. Se la descubre, implícita, cuando aparecen muchos adultos no pudiendo responder eficazmente a la resolución de los conflictos que surgen cuando los sujetos se agrupan, por ejemplo niños en un aula; púberes en un club; jóvenes campesinos en un emprendimiento; adolescentes usuarios de sustancias para rehabilitarse; una reunión comunitaria para emprender un proyecto barrial; etcétera.
En estos años de investigación,1 se ha puesto de manifiesto que hay una necesidad de formación, en muchos docentes, trabajadores sociales y en gran cantidad de operadores vinculados al trabajo con infancia, sobre temas concernientes a la llamada grupalidad. Resulta necesario responder a un pedido implícito de saber cómo convertir en una herramienta de trabajo, para el desarrollo del proceso enseñanza-aprendizaje y para el emprendimiento de proyectos, el agrupamiento de niños y jóvenes, tanto en un aula como en otros espacios menos estructurados. Esto es, cómo pasar del agrupamiento y del fenómeno de masa al grupo.
Muchos adultos, responsables de la coordinación de grupos de niños y jóvenes, experimentan una grata sorpresa al descubrir la potencialidad de desarrollo y trabajo que representa el manejo de teorías y técnicas vinculadas a la grupalidad. Si bien estas teorías y técnicas no son plenamente desconocidas por ellos, se advierte que no son tomadas como un verdadero recurso.2 Podría decirse que esto es lo que ha motivado fuertemente, en esta ocasión, relanzar nociones, reformular estrategias y revisar viejos postulados de las tesis que explican y fundamentan el trabajo grupal y comunitario.
Se advierte al lector que este texto no propone una acumulación de todo lo dicho por los grandes pensadores de lo grupal, en dos siglos de historia nacional. No se trata de una revisión ni de una compilación de definiciones y axiomas tradicionales. Lo que se propone es una mirada a la luz de los nuevos sujetos, niños y adolescentes, que demandan ser vistos y oídos de otro modo. Dejando en claro que esto no supone una lectura posmoderna, sino todo lo contrario. Se propone fundamentar cabalmente cada acción y cada discurso tendientes a lograr el proceso grupal, a la luz de las formulaciones teóricas del pensamiento científico psico-sociológico; de la psicología social de las organizaciones; del estudio psicoanalítico de la psicología de las masas; de la psicología de las transformaciones familiares y de los postulados de la sociología del conocimiento que definen a la realidad como una construcción social; entendiendo que no existe en el humano un instinto gregario, sino un sentimiento de incompletud que lo lleva a necesitar estar con otros, en comunidad.
Se tomarán muy en cuenta, a lo largo de toda la obra, las nociones de contrainstitución y analizador institucional como recursos estratégicos para pensar e intervenir sobre los conflictos que generan los grupos y las organizaciones sociales en su intención de ponerse a trabajar y en el pensarse a sí mismos.
Se tendrá en cuenta, en este enfoque nuevo que se propone, el valor del atravesamiento cultural que tienen los temas de la educación sexual; el consumo de sustancias tóxicas legales e ilegales y la utilización de las tecnologías de información y comunicación como ejes centrales de la posmodernidad que atraviesan al sujeto y a las organizaciones sociales que conforma. Se trabajará sobre los supuestos que pesan sobre estos temas, en tanto mitos y verdades, y que influyen sobre la grupalidad y los grupos en la infancia.
Este estudio parte de una suposición: la conducta perturbadora, negativista y desafiante de muchos niños y jóvenes, en la actualidad, que atenta contra la conformación de los grupos y el trabajo grupal, es un estigma social. Esta huella, que atenta contra lo instituido, se funda en la construcción social de una identidad individual basada en los procesos socio-históricos de todas las comunidades. Por esa razón, la Primera Parte comienza con el análisis de algunos de esos procesos sociales que determinaron el curso de los acontecimientos, tanto desde el punto de vista individual como social. En este caso se redescubre el lugar de niños y jóvenes, ya no perturbadores, sino perturbados, que por su condición de negros o indígenas fueron esclavizados en América durante siglos y hasta en los comienzos de la fundación del Virreinato del Río de la Plata.
Se impone, luego, el análisis de una pretensión cultural posmoderna que propone la epidemiología de fines del siglo XX y principios del siglo XXI al nomenclar todas las conductas posibles de un sujeto transformándolas en patologías o trastornos, con el único objetivo de poder hacerlas ingresar en una lógica capitalista vinculada a la producción y consumo de fármacos. Pretensión que intenta echar por tierra los postulados sociopsicológicos sobre el malestar en la cultura y el dolor de la existencia, generando la idea de que todos los sujetos son trastornados. De este modo se logra una nueva condición de esclavitud para muchísimos niños y jóvenes a partir de clasificaciones, universalmente globalizadas, que agrupan signos y síntomas para definir un perfil de personalidad. Prácticamente no queda sujeto alguno, adulto, adolescente o niño, fuera de estas estructuras epidemiológicas que tienen como correlato un vademécum farmacológico que propone la medicalización del comportamiento desviado y del normal también.
El estudio sigue con una serie de capítulos dedicados específicamente al desarrollo de esa nueva mirada que se propone para pensar por qué pueden fallar los trabajos en grupo; cuál es el estado psico afectivo de los adultos que coordinan grupos y que se pretenden eficaces a la hora de pararse frente a los niños y los jóvenes; cómo se posicionan subjetivamente los niños y los jóvenes cuando se agrupan; cuáles son los imperativos individuales de crianza que los llevan a asumir determinados roles sociales dentro del grupo; cuáles serían las tareas específicas de un nuevo rol: el docente-coordinador; cómo se construye identidad grupal; qué valor tiene la cultura grupal en dicho proceso y cuáles pueden ser las mejores estrategias para enriquecerla con el único objetivo de construir identidad. En estos capítulos se va a hacer hincapié en las estrategias para determinar los tiempos de constitución subjetiva de los grupos para entender sus desajustes. Se considera fundamental poder hacer un diagnóstico situacional y temporal de los grupos a partir de esta noción con la única finalidad de ajustar las intervenciones y hacerlas más eficaces. Si el coordinador de un grupo interviene con una intencionalidad específica, señalando algo que no corresponde al tiempo subjetivo en el que el grupo está, su intervención es ineficaz y en algunos casos contraproducente.
En la Segunda Parte del texto se analizan los pormenores que implica el encuentro con los padres de los niños y los jóvenes que se intenta poner a trabajar en un grupo. Para eso se formulan una serie de cuestiones enlazadas a la psicología del vínculo paterno-filial y a los modos en que este vínculo positivo o negativo se proyecta en la escena de la comunidad y de las organizaciones sociales que contienen al niño o al joven. Tanto es así que un capítulo está dedicado específicamente al fenómeno de las transformaciones familiares que suponen una serie de replanteos sobre el modelo de la familia tradicional y sobre las distribuciones posmodernas de los roles parentales, en donde las nociones de autoridad y disciplina prácticamente ya no tienen lugar. Se propone refundar dichas nociones con la idea de resituar algo que nunca debió haberse perdido: la disimetría social. Se denuncia, desde estas páginas, cómo una pasión por un igualitarismo posmoderno estimula la naturalización y normalización de las perversiones y atenta contra la diversidad de roles sociales que hacen al equilibrio entre las generaciones y a la transmisión de una experiencia. Se analiza el fenómeno de la ausencia parental, aun en presencia, que provoca un desequilibrio social en la adaptación de niños y jóvenes en la comunidad y en las organizaciones sociales a las que accede para su socialización secundaria.
En la Tercera Parte se desarrollan temas conflictivos de las organizaciones sociales. Se plantean temas fundamentales para trabajar en la escena grupal, con los niños y jóvenes, y especialmente formulados para la organización temática de posibles rumores con los padres, tales como la construcción social de la sexualidad; los riesgos que implica la práctica de una autonomía anticipada; las consecuencias que tiene no diferenciar el uso del abuso y el consumo adictivo de sustancias tóxicas legales e ilegales y de bienes y servicios de diversa índole. También se analizan las consecuencias adversas de una desacertada utilización de las tecnologías de información y comunicación con la intención de analizar los mitos y verdades que pesan sobre estos temas. Se propone la creación de un código normativo para el aula y para los grupos no formales y la postulación de un código familiar de acuerdos para la utilización eficaz de la tecnología en el hogar. Esta última parte también incluye un capítulo dedicado a los equipos de conducción donde se analizarán los conflictos que suelen obstaculizar su tarea.
Por tratarse un material que tiene el espíritu de los viejos manuales para los docentes, los alumnos y los operadores grupales, todos los capítulos van acompañados de un apartado denominado Ejercitación para el debate de ideas con diferentes ejemplos de aplicación, propuestas de trabajo grupal, lineamientos temáticos e ideas que permiten poner en práctica las nociones teóricas trabajadas en cada oportunidad. Las actividades que se proponen en cada oportunidad tendrán que ver con la necesidad de consolidar los vínculos entre sus miembros para estimular el conocimiento del otro semejante. Esto permitirá mejorar la comunicación a la hora del trabajo en grupos, permitirá generar un marco regulatorio que todos respetarán, generará alternancia en la participación, producirá una natural rotación de roles y estimulará la participación en las actividades pedagógicas o extracurriculares que se propongan.
Antes de iniciar el desarrollo del libro se ofrece una síntesis de los Objetivos Generales y Específicos que han guiado el proyecto de escritura.
Fernando OsorioCiudad de Buenos Aires, 2012Notas
1. En el marco del Seminario de Investigación Permanente Violencia en las Escuelas, 2004/2010, con sede en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. Y en las capacitaciones itinerantes que se han desarrollado a lo largo de todo el país con el auspicio de diferentes organizaciones y organismos púbicos y privados. Se puede consultar en www.escuelayviolencia.com.ar
2. Es una constante generalizada que los docentes se quejen por la escasa capacitación que ofrecen los profesorados y los institutos superiores de formación docente sobre estos temas.
Fernando Osorio
Psicólogo (UBA, 1989). Se desempeñó de 1992 a 2000 como coordinador del Equipo Interdisciplinario del Programa de Rehabilitación Psicosocial Infanto-juvenil para Menores en Conflicto con la Ley Penal (Consejo Nacional del Menor y la Familia). Realizó estudios de posgrado en la Facultad de Derecho (UBA) y en la Facultad de Psicología (UBA). Actualmente es columnista en la revista Caras y Caretas que dirigen Felipe Pigna y María Seoane.
Recibió el auspicio de la UNESCO para el dictado de su Seminario Violencia en las escuelas, actividad que realiza desde 2003 en la Facultad de Derecho (UBA) y fue declarada de Interés educativo por la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y por la Comisión de Educación del Senado de la Nación.
En 2009 presidió el Comité Organizador del 1er Congreso Internacional sobre Conflictos y Violencia en las Escuelas.
Título: Estrategias para coordinar grupos con niños y adolescentes
Subtítulo: Participación, inclusión, procesos de socialización y trabajo comunitario
Autor/es:
Fernando Osorio
Materias: El docente y el grupo - Jóvenes - Vínculos - Familia