Con este trabajo nos proponemos compartir la experiencia que venimos desarrollando en municipios de la provincia de Buenos Aires, en la que vinculamos los procesos de investigación histórica y la tarea didáctica, tomando al medio urbano (‘una ciudad’) como eje estructurador de la enseñanza de Ciencias Sociales. Durante los últimos veinte años, viene impulsándose en el ámbito de la didáctica de las Ciencias Sociales un intenso debate del cual forman parte las denominadas “didácticas del medio” y la incorporación de contenidos vinculados a la historia local en los lineamientos curriculares. Como consecuencia de este debate se introdujeron a la vida cotidiana de las escuelas nuevas actividades y recursos y se plantearon a la vez nuevas problemáticas y obstáculos, centrados principalmente en la dificultad de vincular la escala de lo local con los contenidos más generales -“macro”-, de nuestra historia. Si bien la innovación en la enseñanza de las Ciencias Sociales es muy heterogénea, muestra una intención por aproximarse a los nuevos conocimientos que se producen desde los ámbitos académicos. La historia de las ciudades aparece más estrechamente vinculada a la historia local, pero a la vez, es un ámbito en donde la historia social está buscando desarrollar sus temas. Los historiadores locales hacen una historia descriptiva, narrativa y patriótica de la ciudad: la historia de los próceres, los desembarcos y los hitos fundacionales. Son historias que buscan destacar la singularidad, la excepción, y se organizan en torno de anécdotas y personajes, vinculados en general a las elites del lugar. Las “nuevas historias urbanas” tienen la pretensión de no ser localistas, de evitar caer en la historia de la ‘patria chica’. Para la historia social, la ciudad es un ámbito para ver conflictos, modos de vida, cómo crecen y se modifican las sociedades (Armus, D., 1990). Cada lugar, tanto por su base poblacional como por su particular estructura productiva, está engendrando sociedades y manifestaciones culturales que serán visibles más tarde (Cicerchia, R., 1998). Con este trabajo intentamos presentar a los docentes algunos aspectos de esta innovación académica y su traducción en el aula: nuevas formas de enseñar la historia de la ciudad. Es nuestro objetivo introducir a los maestros en el tema de la ciudad como objeto de estudio, ofrecerles una selección bibliográfica existente sobre la ciudad y acercar criterios para seleccionar los recursos y materiales de que disponen para enseñar esta historia a sus alumnos. Planteamos también una reflexión acerca de las salidas al medio tradicionales, de modo de poder resignificarlas en el marco de esta renovación. Nuestra propuesta no se limita a salir al medio para tomarlo como un “reservorio” de testimonios tangibles o intangibles, sino que lo tomamos como un espacio socialmente producido y organizado, y en este sentido creemos que es la ciudad un tema que debe ser intencionalmente incluido entre los contenidos a enseñar en la escuela, con toda la complejidad que esto conlleva y con las ventajas que la ciudad ofrece, ya que es una unidad de estudio que está geográficamente determinada y es productora de su propia documentación (Armus, D., 1990). En el capítulo 1 presentamos las formas de contar la historia de la ciudad -en este caso, la ciudad de Buenos Aires-, siguiendo para ello un recorrido por su historiografía. Creemos que se hace necesario transitar este recorrido, si bien forma parte de una preocupación más específica de la disciplina histórica, a la hora de poder interpretar tanto la producción bibliográfica acerca de la historia de la ciudad, como de los recursos de que disponemos los docentes para enseñarla. En el capítulo 2 analizamos la relación entre la producción teórica y la enseñanza escolar, es decir, de qué modo la escuela selecciona, traduce y reelabora contenidos y recursos referidos a la historia de la ciudad. En el capítulo 3, incluimos algunos ejemplos, experiencias, pautas y sugerencias para el aula. Éstos han sido elaborados en contextos escolares y son producto del valioso trabajo conjunto de especialistas y docentes. Se trata de materiales, “herramientas” para la enseñanza que conjugan, en el complejo entramado de la didáctica, los conocimientos acerca del sujeto de aprendizaje, los enfoques y marcos referenciales con relación a la historia expuestos en los capítulos anteriores, y las necesidades, características, y propósitos propios de la institución escolar. Es importante señalar que concebimos esta tarea desde la premisa fundamental del respeto por la autonomía del docente en cuanto a la elección de sus prácticas y diseños. Nuestra intención es que estas páginas contribuyan a enriquecer sus propios criterios y búsquedas en relación con la enseñanza de la historia.