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Con el fin de acompañar a los alumnos durante el aprendizaje de la escritura, el docente debe, en primer lugar, conocer los modelos básicos de escritura. Dichos modelos refieren a los conocimientos que están involucrados en la tarea de redacción de los niños e implican un trabajo de observación y reconocimiento de los procesos mentales que realizan en su quehacer, las dificultades que surgen en cada alumno y también sus fortalezas a la hora de escribir.

En ese sentido, cabe decir que la construcción del conocimiento en relación con la escritura de los textos se da en colaboración. Es por ese motivo que un niño que todavía no concibe el sistema de escritura en su totalidad puede, sin embargo, escribir textos con la ayuda del docente.

Una estrategia para que el niño dé sus primeros pasos en el proceso de escritura es mediante el contacto con textos modelos, los cuales permiten:

  • Adquirir conocimientos sobre las diferentes estructuras y las formas de componer y ordenar cada tipo de texto.
  • Acceder a la información sobre los contenidos y el tratamiento pertinente según el tipo textual y su funcionalidad.
  • Aprender nuevo vocabulario.
  • Tomar contacto con los recursos lingüísticos propios del género textual sobre el que se trabaja.
  • Comprender el estilo del lenguaje escrito, caracterizado por una sintaxis cuidada, una selección léxica precisa y una menor referencia de los elementos del contexto que la utilizada en el lenguaje oral.

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En un siguiente momento, el niño puede desenvolverse en la colaboración de contenidos durante la producción de textos mediante el andamiaje del docente. Paulatinamente, cuando el alumno adquiera mayor competencia en el proceso de escritura y gane en autonomía, el docente tendrá menor participación y el alumno podrá escribir de forma independiente. Para afrontar dicho proceso, se sugiere la implementación de distintas etapas:

  • En un comienzo, los alumnos son los que elaboran el contenido del texto y se lo dictan al docente, encargado de componerlo.
  • Luego, se da lugar al proceso de escritura compartida donde los niños comienzan a participar de la tarea de escritura con la participación permanente del docente.
  • En un siguiente momento, se lleva a cabo la escritura guiada. En este caso, el alumno es quien escribe los textos bajo la supervisión, organización de ideas y revisión del docente.
  • Posteriormente, se implementa la reescritura por parte del niño de un texto leído por el docente, quien le presenta un modelo para organizar la información y recomponerla.
  • Finalmente, se da el proceso de escritura independiente, donde los chicos escriben de manera autónoma con la predisposición del docente para responder consultas, apoyar en las distintas dificultades y hacer sugerencias.

Durante toda la evolución, el docente colabora de forma activa y permanente con el niño para que la situación de escritura sea menos pesada y demandante. Para el aprendizaje de cada género es necesario el andamiaje docente, ya que el adulto es el encargado de modelar, acompañar, orientar, corregir y facilitar la tarea.

Otro consejo para acompañar a los niños durante el proceso es el fomento de la importancia de escribir borradores que puedan ser corregidos y mejorados. Es importante transmitirles a los niños que ningún buen escritor escribe sin revisar y reescribir sus textos.

Por otra parte, también es aconsejable promover las actividades de escritura espontánea desde edades tempranas. Es decir, fomentar las intenciones del niño de comunicarse por escrito. Algunas de las situaciones donde puede surgir este tipo de escritura son:

  • La escritura de mensajes entre los compañeros, que se depositan en un buzón instalado en el aula o en el patio de los recreos.
  • La producción de grafitos en un afiche especialmente dispuesto con ese fin.
  • La redacción en el cuaderno personal del alumno, cuyas producciones puede leer luego a sus compañeros.
  • La escritura de situaciones vividas durante el transcurso de la jornada escolar para debatir en la clase.

La infancia es una etapa fundamental para el desarrollo del lenguaje y la institución, a través de los docentes, es responsable de incorporar a todos los alumnos en la cultura de lo escrito. Si se generan buenas condiciones que favorezcan la actividad de escribir, el alumno desarrollará desde sus primeros años de escolaridad la capacidad de apropiarse los usos y las funciones de la escritura a través de la guía y el trabajo del docente.

Basado en Los chicos aprenden a escribir textos, de Verónica Sánchez Abchi, Beatriz Alicia Medrano y Ana María Borzone.