El silencio y la posibilidad de expresar
Se propone dar lugar a experiencias que no suelen ser habituales en las escuelas y que resultan necesarias para aprender cada uno a reconocerse desde el silencio y la quietud para después, expresar sueños, pensamientos, emociones y recuerdos.
En la clase se propuso hacer silencio, sentados en ronda bajo un árbol, éramos seis jóvenes alumnos y dos maestras. Nos llevó un rato bastante largo convocarnos en esta experiencia de hacer silencio, tranquilizarnos, cerrar los ojos y disponernos a sentir el viento en la cara, el sol en la piel, el sonido de los pájaros, hasta que al final, irrumpa el silencio. Como una contradicción hermosa, el silencio llegó, de a uno, de a uno en uno. ¿Era posible estar en silencio, sin callar los sentidos, un pensamiento, una idea? ¿Era necesario proponer hacer un silencio cuando lo que esperamos es la palabra, decir, tener voz, poner un sonido?
(El artículo completo forma parte de la Revista Novedades Educativas 312/313).
Escrito por Virginia Rinaldi. Licenciada en Educación Especial.