Habitar es ineludible; habitamos todos y siempre. Habitar es inevitable, pero puede hacérselo de muy variadas maneras. Considero que, para la enseñanza, habitar significa apropiarse reflexiva y emocionalmente de los espacios y convertir los escenarios que nos prestan las instituciones en “buenos” y –¿por qué no?– “bellos” lugares de trabajo, en sitios adecuados para enseñar y aprender. Augustowsky, 2005

El enfoque didáctico presentado incluye al ambiente de aprendizaje como uno de sus cuatro ejes que enmarca como continente, sostiene y, asimismo, aloja a los otros tres: el juego y el jugar, el grupo y lo grupal, el enseñar y el aprender.
El ambiente como concepto puede ser considerado desde diversas perspectivas debido a la amplitud del campo semántico que este abarca (1). Recurrir a su acepción más amplia nos posibilita en las instituciones educativas definirlo como aquello “que rodea” a bebés, niños, docentes, como los “entornos” y sus matices, desde una mirada multidimensional. El ambiente como realidad que envuelve, nutre y alimenta, incluye tanto a la naturaleza como al espacio físico institucional, de sala, cultural, emocional, vincular, familiar.
“Dime cómo es el enfoque, y te diré cómo debe ser el ambiente”. ¿Podría pensarse en un ambiente discordante con el enfoque didáctico al cual adscribimos? La pregunta tiene una clara respuesta en el marco de este planteo: el enfoque construye ambientes que sintonizan con él, en tanto es considerado eje fundamental y plataforma que se entrama con el juego y el jugar, el grupo y lo grupal, el enseñar y el aprender.
El ambiente envía mensajes silenciosos (Trueba Marcano, 1989), y como eje del enfoque didáctico expresa y comunica un proyecto pedagógico: al mismo tiempo que es parte del Proyecto Institucional también lo es del proyecto pedagógico de cada docente. Desde esta perspectiva, el ambiente encuentra líneas de coherencia en un proceso de mutua imbricación.
La mirada sobre el ambiente no queda limitada a la sala, sino que adquiere un ángulo mayor de mira, al pensarlo y diseñarlo también institucionalmente. Es nodal en la toma de decisiones de los equipos de trabajo que comparten tiempos y espacios comunes, y una tarea que los convoca y encuentra junto a las familias de los bebés y niños del Jardín Maternal.
Los docentes son parte integrante de equipos institucionales que, como tales, toman decisiones (desde lo pedagógico, lo ético y lo estético) que se visibilizan en la construcción conjunta del ambiente: definen proyectos, delinean estrategias de vinculación entre pares, docentes, otras instituciones y familias. Un ambiente de aprendizaje como entorno mirado, pensado, planificado y habitado, dará lugar a una educación de calidad que posibilite, en palabras de Frabboni (1980), el desarrollo de diversas experiencias de vida que en cantidad y calidad, darán lugar a que el aprendizaje acontezca.
El ambiente da cuenta de decisiones didácticas de docentes comprometidos en su construcción. Desde una perspectiva de entramado, en este ambiente entendido como nido cultural y vincular, el enseñar-jugar-aprender en contextos grupales se armoniza en un todo con sentido.
En un juego de figuras y fondos, pondremos como figura en este Volumen 1 de la serie al ambiente (aunque frecuentemente aparezca invisibilizado, como un fondo difuso), ubicándolo en un primer plano para darle el valor que tiene como eje del enfoque didáctico. En el Capítulo 1 el ambiente de aprendizaje se conceptualizará desde una perspectiva multidimensional, para dar lugar a una mirada más focalizada en la sala, en tanto entorno cotidiano en el que bebés y niños pasan muchas horas en el Jardín Maternal y como parte del proyecto pedagógico del docente. En el Capítulo 2, se ampliará el ángulo de mira para hacer foco en el ambiente institucional, como parte del proyecto pedagógico del jardín y como un gran nido cultural y vincular que aloja a grupos de bebés, niños, grupos de familias y a los equipos institucionales.


Nota
1. Desde su etimología viene del latín ambiens, ambientis (que va por uno y otro lado, que abarca el entorno, que rodea), participio de presente del verbo ambire (ir por un lado y por otro, rodear, andar alrededor).