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En este libro se combinan teoría y práctica en relación con la enseñanza de la Educación Física en la educación infantil y está dirigido a aquellos profesores que encaren el trabajo en la primera etapa de la educación formal.
Los lectores encontrarán fundamentos, bases y teorías para la educación de niños de entre 3 y 5 años, así como también propuestas y sugerencias nutridas de la experiencia durante el trabajo en el jardín de infantes avaladas por la investigación bibliográfica sobre el tema.
Se proponen ideas para organizar el espacio, para seleccionar los materiales, para abordar los diversos contenidos del área, como también para planificar las clases.
El objetivo es ofrecer un panorama amplio acerca de los niños y la tarea docente, las posibilidades y los recursos, destacando siempre la importancia del trabajo a realizar.
Capítulo I.
El niño y la clase de educación física
Capítulo II.
Lugar y materiales de trabajo
Capítulo III.
Desarrollo y movimiento
Capítulo IV.
Desarrollo motor
Capítulo V.
Planificación del trabajo
Capítulo VI.
Actividades en el jardín de infantes
Capítulo VII.
El juego motor con otros en el jardín de infantes
Capítulo VIII.
Herramientas para el logro de algunos objetivos
Capítuo IX.
Evaluación
Cuando el niño nace, su sistema nervioso tiene millones de conexiones buenas que esperan una asignación concreta, y esto sucede a medida que el mundo y el entorno lo exigen. (*1)
Así se van adquiriendo conexiones neuronales para tareas concretas como ver, recordar, hablar, jugar, escribir, etcétera. Según las investigaciones hechas por el científico J. Ratey, las conexiones que no se usan o estimulan en los primeros años de vida (0 a 6 años) acaban por ser eliminadas. Es así que, a falta de una estimulación adecuada, una célula cerebral muere. Pero si se la trabaja y alimenta con experiencias enriquecidas, brotan nuevas conexiones y ramas de conexiones neuronales. Y en los primeros años de vida las conexiones que sobreviven y son estimuladas se comunican con la rapidez del fuego en la sinapsis y cuanto más se utilice una determinada conexión, más fuerte se conforma esa ruta.
Por lo tanto, la función del profesor de educación física no se limita a hacer ejercitaciones para trabajar el cuerpo. Sino que su trabajo en esta primera etapa es fundamental en muchos aspectos de la formación del niño como persona.
Y la actividad está favorecida generalmente por:
- la excelente predisposición de los niños al trabajo,
- las posibilidades de movimiento y exploración,
- el ámbito no formal donde se da la clase,
- el mayor contacto físico que hay con los niños,
- el colorido y las posibilidades del material con el que se trabaja.
Y se puede aún favorecerla más con:
- la dinámica que el docente le imprima a las clases,
- el factor sorpresa en cada una de ellas,
- la claridad en los límites y los permisos
- la aprobación y el estímulo sobre los logros,
- el afecto, el orden y la alegría que el docente ponga en su labor.
Por otro lado, el profesor que da una clase de educación física no solo en el nivel inicial debe tener en cuenta la realidad social en la que se encuentra inmersa la niñez de hoy. La falta de espacios, de tiempos, de seguridad y recursos económicos, en muchos casos determinan que el estímulo de educación física que el niño tiene en el colegio sea casi su única posibilidad de aprendizaje del, por y desde el movimiento. Por ese motivo, debe redoblarse el esfuerzo del docente en mejorar la calidad en la relación y contacto con los niños.
Es así que el profesor de educación física recibe a los niños del jardín de infantes para trabajar con ellos a lo largo del año, en sus habilidades motrices, en diversos haceres físicos, en sus capacidades motoras y su desarrollo corporal.
Pero hay algo mucho más importante que trasciende el horario de clase, el ciclo lectivo y la etapa de educación formal del niño: se trata de la estructuración del yo en distintos aspectos:
- La exploración del espacio y de su propio cuerpo
- El respeto a las reglas del juego
- La seguridad en sí mismo
- El ejercicio de sus derechos
- La confianza en sus propias habilidades
- El pertenecer, ser parte del grupo
- La igualdad del trato
- La estimulación de la inteligencia
- El desarrollo del aparato neuromuscular: favorecer la natural necesidad de movimiento, desarrollo sensorial y neuromuscular, estimular el aparato cardio-circulatorio-respiratorio, el desarrollo de la fuerza
En definitiva, la formación integral del niño como persona.
¿Y por qué en clase de educación física se dan todos estos contenidos? Porque generalmente los niños esperan ansiosos ese momento y, por lo tanto, están más permeables al aprendizaje. Porque es la clase que se da en un marco de mayor libertad de acción y expresión; aquella en donde se tiene mayor posibilidad de interrelación física con los niños.
En ella, se pueden crear espacios de resolución de problemas, de acierto y error, que los llevará en primera instancia a un desequilibrio en el propio conocimiento, pero posteriormente a una acomodación que enriquecerá el bagaje interior de cada uno de ellos.
Las diferentes experiencias motrices abren en el sistema nervioso del ser humano, caminos nuevos de comunicación neuronal que generan espacios importantes en el desarrollo de la inteligencia. De esta manera, desde nuestro trabajo, podemos aportar nuestro granito de arena en el desarrollo de la personalidad, la inteligencia y en un mejor desenvolvimiento social de nuestros alumnos.
Nota
1. Ratey, Johon (2002), El cerebro, manual de instrucciones.
Elsa Scarinci
Profesora Nacional de Educación Física, egresada del Instituto José Hernández. Dedicada desde los inicios de su carrera, en 1984, al nivel inicial. En esta área se ha especializado y capacitado en Educació Física formativa: desarrollo físico, psicomotor y didáctica en la niñez y primera infancia.