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Este trabajo es un recorrido por los aspectos que hoy constituyen la gestión escolar. En especial, la asesoría pedagógica como función primordial. A cargo de esta se encuentran el equipo de conducción y los profesionales del área de Orientación Escolar en permanente diálogo con los docentes. Se analiza su complejidad a través de los cambios socioculturales e institucionales y el lugar social de la relación pedagógica, considerando los efectos que el poscapitalismo y la modernidad líquida han impreso en las subjetividades actuales.
Conceptos como fragmentación social, culturas juveniles, hibridación cultural, currículum y área transicional, entre otros, se imbrican de modo dinámico y creativo en un diálogo imaginario entre autores de distintas disciplinas en un intento de superar antagonismos paralizadores.
El contenido permite reflexionar sobre el paradigma en el cual se forma el profesorado actual y ofrece diversas actividades de evaluación institucional.
***PREMIO ISAY KLASSE AL LIBRO EDUCACIÓN 2015***
Primer Premio - Obra Teórica | Fundación El Libro, Argentina.
** 10 propuestas y actividades de evaluación institucional ** Introducción
Sobre el Proyecto 13 y surgimiento del cargo
Propuesta de evaluación institucional. Asesoría pedagógica en mi escuela
Capítulo 1. Encuentros y desencuentros con la diversidad
Escuelas y fluidez social
Escuelas y diversidad
Una oportunidad para enriquecer el entramado social
Constitutivos escolares y labor pedagógica
Asesoría pedagógica. Las respuestas a la tensión encuentro-desencuentro
Propuesta de evaluación institucional. Encuentro entre escuela y diversidad
Capítulo 2. La asesoría pedagógica posible
El reconocimiento de la realidad escolar y de contexto
Visibilizar los condicionamientos socioculturales operantes
Transformando los estilos "adul-escentes" de gestión y docencia
Apostando a la dinámica escolar como fuente de aprendizaje
Atendiendo a la dimensión vincular de la relación pedagógica
Propuesta de evaluación institucional. Posibilitando encuentros
Capítulo 3. Observaciones arriesgadas para revisar, pensar y actuar
Pasando del "ver" al "mirar"
La mirada como práctica social. De lo observado al proyecto
Propuesta de evaluación institucional. Del pre-texto al texto
Capítulo 4. Cómo enfrentar el malestar institucional
La asesoría pedagógica ante las formas del malestar cultural
La asesoría pedagógica ante el malestar institucional
Propuesta de evaluación institucional. "Piedra libre" al malestar escolar
Capítulo 5. El cambio institucional. Entre lo instituido y lo instituyente
Inestabilidades intrínsecas a la asesoría pedagógica
Propuesta de evaluación institucional. Hacia el cambio
Capítulo 6. El conflicto en la práctica institucional
Concepciones sobre el conflicto escolar
Asesoría pedagógica: ¿concepción ideológica o posición ética?
Conflictos estallados en el seno de la asesoría pedagógica
Propuesta de evaluación institucional. La asesoría pedagógica y el conflicto
Capítulo 7. Para revisar las prácticas pedagógicas
La deconstrucción como modo de escapar de la prisión
Propuesta de evaluación institucional. Liberando cadenas
Capítulo 8. Una escuela sensible. El espacio lúdico del aprendizaje
El desarrollo del área transicional humana
Un espacio transicional privilegiado a re-crear
Propuesta de evaluación institucional. Aprendizaje y juego
Capítulo 9. Habilitar los destinos para la inclusión
La asesoría como tejedora de sentidos
El desamparo juvenil por la huida de los adultos
Forjando una escuela antidestino
Propuesta de evaluación institucional. Escuela y destino
Capítulo 10. Crear comunidades a partir de la diversidad
Del saber informativo al experiencial
Claves para superar antagonismos. El acontecimiento pedagógico
Asesoría pedagógica. Misión social y acontecimiento crucial
La asesoría pedagógica es una función institucional que presenta diversos matices y ángulos. Por un lado, es un rol docente específico con características propias; por otro, es una función más amplia y abarcativa que tiñe toda la dinámica escolar. Y mucho más si es que esta, quiere preciarse de saludable.
El desafío de intentar plasmar las distintas vicisitudes y aspectos de este rol docente y función escolar no supone una tarea menor, y mucho menos el reflexionar acerca de su carácter institucional metacognitivo. Distintas circunstancias coyunturales, sociales e institucionales, influyen en este propósito y complejizan la definición de una función que, desde su origen, ha sufrido tantas transformaciones como intentos de definición.
No nos son ajenas, a quienes nos desempeñamos desde hace años en el sistema educativo, las distintas modificaciones que los roles escolares (y la escuela toda, en su función) han sufrido a lo largo de las últimas décadas y cómo han debido adecuarse y construirse a medida que las demandas institucionales y extrainstitucionales lo exigieron.
Queremos centrarnos, en principio, en la descripción y comprensión de la asesoría pedagógica como rol y como cargo escolar, para luego adentrarnos en su aspecto más institucional como función.
Todos los roles docentes, y el de asesor pedagógico no es la excepción, se construyen sobre la base de la actualización del marco reglamentario vigente pero también desde el ejercicio diario del cargo, y desde la mirada y tarea específica que cada gestión política le asigna a este y a la escuela secundaria en su conjunto.
La asesoría pedagógica ha sido objeto de múltiples transformaciones, y desde su creación en el marco del Proyecto 13, no ha mantenido ciertamente de modo estable su definición y modo de inserción en la escuela (aunque ha variado poco su marco normativo), ya que las distintas funciones y sentidos asignados a la escuela secundaria y los avatares que los cambios sociales han impuesto, obligaron a redefinir su labor.
El cargo de asesor pedagógico como rol formal, debe ser distinguido de la función de asesoría pedagógica; ya que esta no solo es exclusivamente cumplida por quien revista dicho cargo, sino que es una función más amplia que ejercen los coordinadores de áreas de materias afines, el equipo de conducción, de tutores y demás estamentos escolares.
El presente trabajo presenta un acercamiento descriptivo de los distintos aspectos esenciales de la función de asesoría, la cual debe ser siempre considerada en el atravesamiento que sufre desde los planos social, político y cultural. Planos que deben ser siempre puestos a consideración, en un lugar y momento histórico determinado. De todos modos, estos atravesamientos no quitan la generalidad que detenta la función de la asesoría pedagógica, como intervención específica en la relación pedagógica, especialmente en el proceso de enseñanza-aprendizaje y en el proceso de subjetivación del alumno. Y en lo referente a su descripción y análisis, este texto es pasible de ser considerado imprescindible en la comprensión de los matices que constituyen tal función y tarea, y necesario para todos los docentes y profesionales interesados en la problemática educativa actual, de cualquier localidad y nivel educativo.
Por otro lado, cabe destacar que la asesoría pedagógica, no solo queda constituida en virtud de esas variables sociohistóricas y geográficas, sino que también la conforman la formación y personalidad del asesor pedagógico o de quien temporalmente asume esta función escolar y colabora para su establecimiento permanente; y de este modo, también lo no escolar ingresa a la escuela. Y en este punto particular, pretendo que radique la originalidad del presente trabajo y su presentación: una particular mirada sobre las condiciones personales y éticas que requieren como condición la función de asesoría y su instauración en la dinámica escolar como algo permanente.
Una asesoría pedagógica que sea desmenuzada en su proceso y definición esencial, pero siempre comprendiéndose, en su aspecto de rol, como una actitud y postura personal frente a la demanda institucional, social y escolar. Una postura personal, y por qué no ética, frente al momento sociohistórico en el que se ejerce provisoriamente el rol.
Esta postura personal, no debe ser mayoritariamente teórica ni ideológica, aunque sabemos que frecuentemente resulta casi imposible, pero debe intentar ser nutrida fundamentalmente de una actitud y una praxis. En este punto de inflexión se encuentra la bisagra en la cual la asesoría pedagógica puede desarrollarse de modo provechoso para la escuela, sin quedar congelada en una planta orgánico-funcional que la desvitaliza.
Y en esto consiste la principal tarea de la asesoría pedagógica: vérselas con lo posible, lo imposible y lo no escolar, dentro de la escuela y manteniendo una postura pragmática y reflexiva del propio quehacer. Pero es importante instalar la idea de que el asesor pedagógico no es solo un observador y un evaluador, sino también un hacedor y un coordinador de lo que los otros hacen.
Respecto a la asesoría pedagógica como función más amplia, podemos establecer un paralelismo con lo que refiere Patricia Viel en su obra, Gestión de la tutoría escolar. Proyectos y recursos para la escuela secundaria. Ejes de contenidos y tareas del tutor (Noveduc, 2009), respecto de su punto de partida en la tesis de concebir a la tutoría como una función de la escuela secundaria que se desarrolla mediante la tarea colaborativa de los docentes. Su tesis presenta a la tutoría no solo como un cargo o rol dentro de la escuela, sino como una función institucional a institucionalizarse (con todo lo que lo instituido conlleva). Por qué no pensar entonces, también a la asesoría pedagógica, no solo como un rol sino también como una función institucional que debe ser institucionalizada.
La asesoría pedagógica es una función de la escuela toda, que es desempeñada por distintos actores institucionales según el momento de la dinámica escolar; y que tiene como misión fundamental el monitoreo y evaluación de la dinámica escolar en su conjunto, y especialmente, de las relaciones y prácticas pedagógicas.
En nuestra tarea diaria somos conscientes de que el hecho o proceso educativo, como fenómeno de análisis, requiere siempre de la necesidad de delicadas disquisiciones teóricas conceptuales; pero esto no debe arrastrarnos a la tendencia pedagógica a disquisicionar por demás, haciendo que todo quede empantanado y confuso, sin poder entonces ser cabalmente aprovechado tecnológicamente.
Las teorizaciones exageradas, principal peligro de la pedagogía, terminan por convertirse en entelequias abstractas alejadas de la vida institucional y de la práctica áulica, generando en el docente y/o directivo mayores resistencias y reparos a nuestra tarea. Así es como rápidamente, dejamos de ser consultados y pasamos a ser rechazados o, al menos, eludidos.
Es fundamental que nos apropiemos de nuestras carencias y de deformaciones profesionales, ya que más allá de la resistencia institucional a los cambios o a la escucha de lo latente y oculto, solemos ser nosotros y nuestra modalidad de acercamiento a los docentes y sus necesidades, lo que básicamente y paradójicamente atenta contra nuestro rol.
La asesoría pedagógica despierta en toda institución educativa variadas respuestas afectivas, pensamientos, posturas, actitudes, intereses y reacciones personales en los docentes y directivos. Posee la particularidad de ser, en el imaginario institucional, un lugar deseado, rechazado, celado, envidiado, respetado, odiado y temido a la vez. Y estas variadas respuestas afectivas y actitudinales pueden, a diferencia de lo que suele suceder con la función tutorial que no despierta mayores resistencias, dificultar su institucionalización como práctica regular.
La función de asesoría pedagógica, por ser una práctica escolar de revisión y evaluación, presenta resistencias específicas dentro de la dinámica escolar (que en general son sentidas y dirigidas a quien personal y ocasionalmente detenta el rol). En algunos casos, comparte muchas de las tensiones institucionales que genera y soporta el rol de la conducción escolar; pero tanto una como la otra, son funciones que deben ser sentidas como un acompañamiento en la tarea diaria.
La propia complejidad de esta función, posibilita que el resto de los actores institucionales puedan sentirse evaluados en su quehacer y formación, generando esta situación ansiedades de distintos matices que interfieren en la posibilidad de que los docentes vivencien la asesoría pedagógica como acompañamiento.
Es crucial volver a aclarar que la función de la asesoría pedagógica puede y debe ser desempeñada por distintos actores institucionales, ya que en realidad es una función escolar o institucional inherente a la responsabilidad de la tarea directiva o conducción escolar en cuanto a su instauración y mantenimiento. Incluso acompañada esta instauración en distintos niveles de responsabilidad por los profesionales del DOE1; y especialmente por el psicopedagogo y el psicólogo, quienes en el trabajo interdisciplinario aportan miradas y escuchas especializadas y también asesoramiento e intervención en la dinámica institucional. Por tal motivo, es que este trabajo trata acerca de la función de la asesoría pedagógica, sea desempeñada desde el cargo propiamente dicho, o desde el lugar institucional docente que fuera. Versa sobre la dilucidación de una función, y no de un cargo específico. Y sobre el modo en que esa función termina siendo reconocida y fácilmente perceptible como una función de la escuela toda, para con sus docentes y alumnos, pero sustentada desde sus docentes. Una función trascendente en el desarrollo de los aspectos metacognitivos propios de cada escuela como organización y que debe instalarse como práctica de mejora institucional.
Lo que la tutoría, como función institucional, promueve de acompañamiento y orientación al alumno; la asesoría pedagógica lo realiza con los docentes y la relación pedagógica.
El mantenimiento de un enfoque original sobre la asesoría pedagógica en el nivel medio, implica el recorrido por diferentes posturas teóricas y metodológicas, en el análisis y estudio del tema. Se ha escrito bastante sobre esta tarea institucional, aunque no siempre sea explícita la referencia a esta; pero el objetivo no es compendiar lo publicado, sino plantear un particular recorrido develando lo esencial de un rol íntimamente ligado al aprendizaje personal e institucional, aprendizaje que podrá ser retransmitido por los lectores. Tampoco el presente trabajo aspira a ser un manual somero de cómo se desempeña este rol docente o función institucional, en principio porque es imposible definirlo en su totalidad y para cada escuela, ya que cada escuela necesita una asesoría pedagógica particular para esa cultura institucional y contexto social; pero sí aspira a ser el generador de una mirada y reflexión sobre el actuar institucional cotidiano. Una observación teñida por el marco social y cultural actual predominante, permitiéndonos percibir las notas esenciales y exigencias de la relación pedagógica en nuestra época.
La asesoría pedagógica es una función tutorial institucional primordial, en cuanto quienes la desempeñan se traslucen como co-pensores o evaluadores de la mutua representación interna que se instala en cada escuela y equipo docente. Un co-pensor que puede escrudiñar sobre la tarea explícita e implícita que la escuela desempeña como grupo operativo, dando cuenta de los conflictos y la tensión que operan en su dinámica.
Es una función tutorial u orientadora que puede ser considerada como la matriz de todas las funciones orientadoras que ejerce la escuela, ya que una vez instaurada, permite la mejora institucional y la preservación de los fines escolares, en cuanto hace las veces de espejo para nuestras prácticas pedagógicas.
En este sentido, proponemos al final de cada capítulo (incluso de esta misma Introducción, excepto en el capítulo final, que resulta ser una conclusión del trabajo) algunas actividades de evaluación institucional, que permiten indagar acerca de los distintos aspectos vinculados a la asesoría y que ponen de manifiesto la ejemplificación concreta de los aspectos teóricos más relevantes del capítulo.
La asesoría pedagógica es una función tutorial primordial y de nivel institucional. Es una tutoría que la escuela ejerce sobre sus docentes y diferentes equipos de trabajo, un cuidado y acompañamiento de la labor docente, que en definitiva redunda en la relación pedagógica y en el cuidado de las trayectorias escolares de los jóvenes. La asesoría pedagógica, como función tutorial, promueve el encuentro entre alteridades (docente-alumno, docente-docente y alumno-alumno), y permite que la educación se torne acontecimiento a través de una transmisión inter e intrageneracional amorosa o desinteresada.
Diego Bibian
Licenciado en Psicología (Facultad de Filosofía y Letras, UCA). Diplomatura superior en Ciencias Sociales con orientación en Gestión Educativa (FLACSO Argentina). Profesor en enseñanza secundaria normal y especial de Psicología (UCA). Asesor pedagógico en escuelas secundarias del área técnica. Actualmente se desarrolla como directivo en el nivel educativo secundario y como psicólogo educacional.
Título: Gestionar una escuela secundaria posible
Subtítulo: Orientación escolar, asesoría pedagógica y función tutorial institucional