Del discurso políticamente correcto a la búsqueda de prácticas emancipadoras El discurso de la diversidad representa hoy a un amplio sector académico identificado con una concepción “políticamente correcta” de la educación. Esta concepción sólida, extendida y aceptada, sin embargo se licua ante las grandes dificultades que tienen hoy las escuelas y los docentes para reconocer, respetar y promover la singularidad del sujeto. De todos y cada uno de los sujetos, alumnos y alumnas, de todas las edades y en todos los contextos. Se ha dicho muchas veces que la escuela, en su concepción más tradicional, tuvo como objetivo fundante la “homogeneidad”. El problema fue el sentido que se le ha otorgado a este concepto. Históricamente ha apuntado más a igualar a todos y suprimir las diferencias que a ofrecer igualdad de oportunidades a todos para el cumplimiento pleno del derecho a la educación. Y, en este sentido, pensar tanto el concepto de diversidad en acción como analizar críticamente el concepto de inclusión implica un posicionamiento que habla del bien común, de lo público, de construir ciudadanía, de lo político en el campo educativo. Ampliando el análisis hacia la problemática pedagógica que aborda la llamada “discapacidad”, las experiencias que mayoritariamente se han observado a las claras muestran que el sistema educativo es injusto. Tan injusto como otras instancias en las que lo público se hace evidente. En este sentido, es muy auspicioso compartir los artículos reunidos en este dossier, de especialistas que cuentan con una amplia trayectoria profesional y que abordan temas de inclusión, diversidad, diferencia, discapacidad, necesidades especiales, desde perspectivas críticas y propositivas a la vez, alentando el encuentro real de otras experiencias educativas posibles, transformadoras y justas. Los editores