La función va a comenzar
Transcurren los primeros días del ciclo lectivo 2020. En la escuela hay un gran revuelo: en la primera reunión plenaria ya se habla de los efectos de un virus que se ha convertido en pandemia y que pronto llegará a nuestro país. ¿Qué pasará? ¿Podrán continuar con las clases? ¿Cómo será la organización este año? Entre estos interrogantes, aparece la mayor preocupación: tiene que ver con Legado, un niño de siete años muy "hiperactivo, rebelde y conflictivo", que pasará a segundo grado.
Una de las docentes comparte el informe del niño que había sido pedido por dirección a fin del año anterior. El silencio y la preocupación aparecen en la sala, pues la conclusión del psicodiagnóstico es "hiperactividad y trastorno negativista desafiante opositor (TNDO)". De pronto, entre las maestras presentes, comienza a rumorearse algo que se convierte rápidamente en demanda: solicitarán una derivación con Rocha, porque saben que él trabaja desde otra línea teórica. Al fin se resuelve la situación: se le pedirá a la madre de Legado, Espera (una mujer siempre atenta y dispuesta a acompañar a su hijo) que consulte con ese psicoanalista.
María Distrito de Puntaje, la vicedirectora, presente en la reunión, toma nota del terapeuta tan nombrado por sus colegas, y ese mismo día pide un turno con él para ella misma. Desea consultarlo sobre un tema que la angustia: "han cajoneado su expediente".
Dulce Melodía, maestra de arte, que ha tenido una excelente relación con Legado, siente mucha angustia ante un diagnóstico que percibe como una sentencia. Lo que desconoce aún es que ella será una pieza clave para desentrañar la verdad no comprendida del comportamiento de ese niño...