Pixi es un personaje extraño, cuya identidad es sumamente confusa, particularmente durante los primeros capítulos de esta novela, al punto que no resulta claro si se trata de una niña o de un niño, ni siquiera de un ser humano.
Pixi se preocupa mucho por el lenguaje y su relación con las cosas y le interesan mucho las preguntas. Reflexiona acerca de la amistad, básicamente a partir de la relación con su mejor amiga, Isabel. Intenta relacionarse con alguien diferente, Bernardo, un niño que por alguna razón ha decidido dejar de hablar.
Las relaciones (espaciales, temporales, familiares) también son temas de su interés, así como la relación entre la persona y su cuerpo, entre muchas otras cuestiones.