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Los autores plantean, a partir de un enfoque global y ameno, la crisis de la escuela secundaria y la situación del alumno adolescente en la posmodernidad. Aunque el desarrollo tiene un eje definido, aspira a plantear problemas y suscitar un diálogo franco más que a otorgar respuestas que se constituyan en recetas para orientar conductas de profesores, alumnos, padres o directivos.
A su vez, ambiciona enriquecer y profundizar los debates ya existentes en la escuela secundaria acerca de su sentido, el contenido de sus enseñanzas, el rol de los docentes, los alumnos y los directivos.
El libro está dirigido a todos aquellos que viven distintas caras de la crisis profunda de una institución y que se preguntan por la situación de la adolescencia.
Adolescencia, posmodernidad y escuela ha sido un libro que faltó en plaza durante un tiempo. Previamente había sido un libro con suerte. Con la suerte de encontrar un público entusiasta que lo recibió con enorme calidez. Con la suerte de servir de punto de partida para intercambiar experiencias y saberes con docentes, psicólogos, psicopedagogos, pediatras, asistentes sociales, jueces de menores, padres. Con la suerte de haber llegado tanto a adultos como a adolescentes que se sintieron identificados en lo que se describe en sus páginas. Con la suerte de haber sido subrayado, anotado en los márgenes, desgastado y prestado. Con la suerte de haber llegado a editarse un altísimo número de ejemplares. Con la suerte de haber permitido a sus autores, gracias al intercambio con los lectores, seguir pensando y produciendo nuevas obras. Con la suerte de encontrar hoy nuevos editores que confían en su vigencia. Silvia Di Segni Obiols
I. MODERNIDAD Y POSMODERNIDAD: ELEMENTOS PARA ENTENDER UN DEBATEGuillermo Obiols
1. Las ideas de la modernidad en los siglos XVII y XVIII
2. El siglo XIX: crítica y replanteo de las ideas de la modernidad
3. Sociedades posindustriales y cultura posmoderna
4. Las ideas de posmodernidad
5. La cultura de la imagen: otra estética
6. Del sujeto moderno al individuo posmoderno
7. Un nuevo papel para la ciencia
8. Los finales de la historia
9. La recreación de los proyectos de la modernidad
II. SER ADOLESCENTE EN LA POSMODERNIDADSilvia Di Segni Obiols
1. ¿Existe la adolescencia?
2. ¿Hasta cuándo la adolescencia?
3. Un poco de historia
4. Perfil de un adolescente moderno
5. La famosa brecha generacional
6. Los duelos en la adolescencia
7. ¿Qué fue de las ideologías?
8. Pastiche del adolescente de la posmodernidad
9. Nuestros adolescentes en la posmodernidad
10. ¿Hay duelos en la posmodernidad?
11. ¿Dónde están los adultos de antaño?
III. LA CRISIS DE LA ESCUELA SECUNDARIAGuillermo Obiols - Silvia Di Segni Obiols
1. La escuela secundaria en la historia
2. La escuela secundaria en la Argentina
3. De la escuela iluminista al enciclopedismo
4. ¿Dónde nos hallamos hoy?
5. Primer interludio: retrato del adolescente en la escuela
6. Hablemos de los docentes
7. Ese oscuro objeto idealizado
8. Una escuela jardín de infantes
9. Modelos patológicos en la docencia
10. ¿Límites o no límites?
11. Creatividad, divino tesoro
12. Dificultades en la comunicación
13. Segundo interludio: la historia de Paulina
14. Los aprendizajes socio-afectivos, los cognoscitivos y el rol docente
15. La escuela guardería
16. Cultura posmoderna y escuela secundaria
17. Las pedagogías light
18. Entre la disciplina y la convivencia
19. Planteos conservadores: la pedagogía light como contrapedagogía
20. De Gramsci a Fernández Enguita: una escuela exigente y útil para todos
El tema de este libro es la situación de la escuela secundaria y del alumno adolescente en las condiciones de posmodernidad.
Si consideramos a la posmodernidad como una edad de la cultura como lo plantea Lyotard,1 ésta se constituye en el marco que moldea tanto a los sujetos como a las instituciones y las prácticas sociales, las redefine y resignifica permitiendo comprender lo que sucede con ellas.
Ya no estamos en la época de los adolescentes existencialistas sartreanos. Tampoco se trata de las generaciones masivamente politizadas de los años setenta. Nuestra conjetura es que buena parte de los adolescentes de fin de siglo se hallan influidos por un clima de ideas de posmodernidad. Esto no significa que los jóvenes hayan leído La condición postmoderna; como la adhesión al existencialismo no implicaba que conocieran más que las tapas de El ser y la nada. La analogía con el existencialismo, que por lo demás no debe ir más allá de esta comparación, puede tener algo de fructífero si se repara que, en dicha corriente, había por un lado, una importante producción teórica y filosófica y, por otro, una moda que incluía una vestimenta, un aspecto físico y ciertas actitudes o hábitos. En el caso de la posmodernidad también nos encontramos con estas dos vertientes: una producción teórica sobre la cuestión y una moda que, debido a los medios de comunicación, se difunde en todo el planeta.
Pero no sólo buena parte de los adolescentes son posmodernos, sino que la sociedad misma se adolescentiza en las condiciones de posmodernidad y la escuela secundaria, una institución hija de las ideas de la modernidad, ingresa en una crisis mucho más profunda que en cualquiera de sus etapas anteriores.
El deterioro de la escuela secundaria argentina en el tiempo se mide por décadas; en el espacio, en mayor o menor medida, abarca a la casi totalidad de los establecimientos, y en cuanto a sus manifestaciones las hay de todo tipo y tenor.
En noviembre de 1984, los resultados de una encuesta entre alumnos del Ciclo Básico Común de la Universidad de Buenos Aires y del curso de ingreso de una universidad privada indicaban que:
Entre 500 alumnos que terminaron o están por terminar el secundario, el 36% no sabe sumar fracciones, el 78% ignora si 6/8 es mayor o menor que 2/4, el 55% no acierta a responder cuánto suman los ángulos interiores de un triángulo y un pentágono, el 21% no puede precisar qué países nos rodean y el 31% no tiene una idea precisa de quién fue Julio Verne. 2
Por otra parte, la escuela secundaria logró llegar a las páginas policiales de los diarios en reiteradas oportunidades en los últimos años con noticias de agresiones físicas que tuvieron por consecuencia lesiones de diversa consideración para sus protagonistas: algún alumno golpeó con un fierro a una profesora que lo había amonestado, un padre trompeó a un profesor que no le había dado permiso a su hija para ir al baño, varios alumnos resultaron heridos por choques producidos entre barras de distintos establecimientos.
También se amontonan en sanidad escolar los pedidos de licencia de los docentes por razones psiquiátricas y un diario transcribía no hace mucho declaraciones de una profesora que decía: No quiero volver al aula, tengo miedo de tirar a un alumno por la escalera, lo que en el marco en el que vivimos es altamente probable que ocurra en cualquier momento. Se podría hacer la crónica de esta muerte anunciada, sea la de un alumno o la de algún profesor.
Las mencionadas constituyen algunas de las manifestaciones más espectaculares y visibles de que algo no funciona del todo bien en la escuela secundaria en la Argentina. Sin embargo, hay otras expresiones, más habituales y cotidianas, como los rostros hastiados de los alumnos, el cansancio de los profesores, las quejas de los padres, que siendo menos dramáticas hablan de lo mismo: una institución que se debate en una crisis profunda.
Aunque no sirva de consuelo y salvando las distancias, vale la pena señalar que la insatisfacción con el estado de la escuela secundaria no es exclusiva de la Argentina. En un boletín del Servicio Informativo y Cultural de los EE.UU. se decía en 1984, con cierto tono reaganiano al uso para la época:
los resultados de los exámenes, en toda la nación, acusaron un alarmante descenso en el aprovechamiento escolar. A mediados de los setenta hubo un acentuado alejamiento de la experimentación y un retorno a los elementos básicos. En muchos estados empezaron a hacerse pruebas de aprovechamiento para la graduación de los alumnos de enseñanza media.3
En 1986 un profesor español planteaba un problema bien conocido por los docentes argentinos al decir:
Si un alumno que entra en mi clase por la mañana no está dispuesto a escucharme porque se ha quedado viendo la televisión hasta tarde, ¿se puede decir que su desmotivación estriba en el carácter trasnochado de mi asignatura? ¡Adáptate!, nos grita el pedagogo de turno. ¿Pero en este preciso caso, qué significa? ¿Renunciar a dar instrucción? 4
De 1988 son estas palabras que se refieren a Francia:
La formación de los profesores se ha tornado inadecuada respecto de la heterogeneidad de las clases. / / la división entre la enseñanza profesional y la enseñanza general se ha hecho mal, el problema del acceso a la enseñanza superior no se ha resuelto.5
Este libro aspira a realizar un análisis general de la escuela secundaria argentina actual, de las diversas facetas de su crisis, de la historia que llevó a la actual situación, de las condiciones sociales y culturales en las que se desenvuelve la escuela, de la situación en que se encuentran el alumno adolescente, los profesores y los padres, de los proyectos de transformación. Aspira más a plantear problemas para enriquecer un debate que a ofrecer soluciones e intenta abarcar de un modo global las cuestiones planteadas. No se trata de una investigación educativa, sino más bien de un ensayo general sobre la situación de la escuela secundaria, aunque, naturalmente, hace uso de los resultados de varias y valiosas investigaciones sobre el tema.
Aunque hay muchos libros destinados a tematizar la escuela secundaria, el presente se distingue de cualquier otro, para bien o para mal, por otorgar en el análisis un papel central a la noción de posmodernidad. Ocurre que creemos que desde esta noción, que involucra una gran cantidad de ideas, es posible entender mejor la situación de la escuela y del alumno adolescente.
Se parte de tratar sucintamente la cuestión "modernidad-posmodernidad", considerando, en particular, el "clima de ideas" posmoderno gestado en la década de los ochenta, como el marco de referencia en el que se mueven y se redefinen el sujeto adolescente y la institución escuela secundaria. A continuación se tematiza la cuestión del adolescente considerando algunos análisis clásicos como los de Arminda Aberastury, Peter Blos, Erik Erikson y Louise Kaplan a la luz de las nuevas condiciones socio-culturales. Finalmente consideramos la situación de la escuela secundaria, ámbito clásico de socialización del adolescente, en las condiciones de posmodernidad. El trabajo se cierra con el establecimiento de algunas conclusiones.
Notas
1. Lyotard, Jean-François, La condición postmoderna, Buenos Aires, REI Argentina, 1989. p. 13
2. Kunis, Ricardo, Retroceso en la enseñanza de la escuela secundaria, Buenos Aires, Clarín, 27-10-92.
3. Servicio Informativo y Cultural de los EE.UU. de América. El sistema educativo de los EE.UU., folleto, noviembre de 1984.
4. Peña-Ruiz, Henry. Filosofía, educación y ética. En Revista de Filosofía y de Didáctica de la Filosofía. Año IV, número 4, Madrid, 1986.
5. Casanova, Jean-Claude. La educación en Francia frente a graves problemas. En La Nación, Buenos Aires, 18-8-88.
Silvia Di Segni
Licenciada en Ciencias Biológicas (UBA); doctora en Medicina (UBA), psiquiatra. Docente y jefa del Dpto. de Psicología y Filosofía en el Colegio Nacional de Buenos Aires; secretaria del Instituto de Investigaciones en Humanidades (CNBA). Docente de Salud Mental (F. de Medicina, UBA). Docente invitada en la UNLP, Universidad Favaloro, Universidad de Salta. Docente en cursos de capacitación para médicxs y docentes. Asesora del equipo de Coordinación Salud Sexual, Sida, ETS del GCBA. Docente en cursos de sexos, géneros, sexualidades, arte y algo más.
Es autora de Adolescencia, posmodernidad y escuela (con Guillermo Obiols), (Noveduc, 2006); Adultos en crisis/jóvenes a la deriva (Noveduc, 2006); Cartas a Madrid (con Guillermo Obiols) (Leviatán, 2004); Psicología. Uno y los otros (AZ editora, 2007); Sexualidades. Tensiones entre la psiquiatría y los colectivos militantes (FCE, 2013). Escribió numerosos artículos sobre temas de salud mental, adolescencia, rol adulto, sexos, géneros y sexualidades y la noción de autoridad.
Guillermo Obiols
Profesor en Filosofía (UNLP). Profesor de Didáctica especial y Prácticas de la Enseñanza en Filosofía (FFyL, UBA). Docente en establecimientos secundarios y terciarios. Fue decano de la Facultad de Humanidades de la UNLP, asesor de diversas universidades nacionales, de la Secretaría de Educación del GCBA y del Ministerio de Educación de la Nación.
Autor y coautor de doce libros dedicados a la enseñanza de la filosofía y a la educación; entre ellos Cómo estudiar. Metodología del aprendizaje, recientemente actualizado y reeditado por Ediciones Novedades Educativas. Falleció en 2002.